No fue en vano toda una vida de trabajo del Pastor
Marcelino Alvarado y su esposa Juana, quienes dejaron su vida en la localidad de
Viedma, a las puertas de la Patagonia. Predicaron el Evangelio hasta el final de sus días, y hoy los nuevos Pastores (
Pablo Flores y esposa), están cosechando su siembra. Nos comentan desde Viedma, que los días domingos tienen que hacer cultos en un local alquilado (Ver foto), porque el templo no alcanza para contener la cantidad de asistentes a cada reunión. ¡Dios los bendiga!